Peter C. Bjarkman | HAVANA TIMES – Mientras el pasado mes el equipo nacional cubano proclamaba una muy necesaria credibilidad en el torneo de Haarlem, ex patriotas cubanos también hacían mucho ruido en los estadios más reconocidos de los equipos de Grandes Ligas.
Aroldis Chapman ha comenzado a mostrar la fama asegurada que muchos le pregonaban hace algunos años; mientras Yoennis Céspedes ha disfrutado, hasta el momento, de una campaña de novato notable, por no decir espectacular.
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El Duque de Cuba 
Yo tuve la oportunidad y la dicha de conversar en la Habana, con un gran campo corto cubano (si la memoria no me traiciona, su apellido era Olivares, Joe Olivares, su hermano menor fue selección de Cuba, también como campo corto) de destacada participación en la categoría triple A., era un hombre de baja estatura, tes blanca, en aquella oportunidad él me comentó que el béisbol cubano tenía el nivel de triple A con muchas individualidades que bien podían jugar en grandes ligas sin pasar por el filtro de las categorías inferiores. Según su testimonio, el jugó con los senadores de Washington, no ascendió porque en aquella època era muy difícil para los latinos acceder a la gran carpa. Él se hizo famoso por la implementación de la «llamada jugada del bobo», con esta habilidosa jugada, sorprendió a pocos más de 40 jugadores; en una ocasión tuvo de cerca al inmortal Babe Ruth en la segunda base, Ruth al verlo lo reconoció, le quitó la gorra y se la escondió, tal era la personalidad y reputación de Ruth, que ningún arbitro se atrevia a solicitarle que le devolviera la gorra al campo corto cubano. Lo que está haciendo Yoenis Céspedes en el big show, me recuerda esa vivencia que sintetiza la calidad del béisbol cubano y de otros monstruos de la perla del Caribe.
Yo tuve la oportunidad y la dicha de conversar en la Habana, con un gran campo corto cubano (si la memoria no me traiciona, su apellido era Olivares, Joe Olivares, su hermano menor fue selección de Cuba, también como campo corto) de destacada participación en la categoría triple A., era un hombre de baja estatura, tes blanca, en aquella oportunidad él me comentó que el béisbol cubano tenía el nivel de triple A con muchas individualidades que bien podían jugar en grandes ligas sin pasar por el filtro de las categorías inferiores. Según su testimonio, el jugó con los senadores de Washington, no ascendió porque en aquella època era muy difícil para los latinos acceder a la gran carpa. Él se hizo famoso por la implementación de la “llamada jugada del bobo”, con esta habilidosa jugada, sorprendió a pocos más de 40 jugadores; en una ocasión tuvo de cerca al inmortal Babe Ruth en la segunda base, Ruth al verlo lo reconoció, le quitó la gorra y se la escondió, tal era la personalidad y reputación de Ruth, que ningún arbitro se atrevia a solicitarle que le devolviera la gorra al campo corto cubano. Lo que está haciendo Yoenis Céspedes en el big show, me recuerda esa vivencia que sintetiza la calidad del béisbol cubano y de otros monstruos de la perla del Caribe.