Yasiel Puig llegó a la MLB como una bocanada de aire fresco. El jardinero cubano jugó un béisbol espectacular, diferente, y sobretodo muy efectivo. En apenas unos meses con contrato en las Grandes Ligas, ya demandaban su presencia en el Juego de las Estrellas y se convirtió rápidamente en el jugador más mediático de la Liga. El Real Madrid CF visitaba el Dodger Stadium y hasta el mismísimo Cristiano Ronaldo se quería hacer una foto con él. Meses más tarde, la portada del famosísimo videojuego MLB The Show 2015. Vamos, una vida y un desarrollo soñado por cualquier jugador. De ser un desconocido a ser, probablemente, del que más se hablaba en las Grandes Ligas, y todo de la noche a la mañana.
Nada más lejos de la realidad. Eso supuso un grave problema tanto para jugador como para la gerencia de los Dodgers. Sí, lo no deseado por cualquier cClub. Yasiel Puig estaba empezando a tomarse la fama como un juego, y empezaba a tener graves problemas extradeportivos fuera del diamante. Detenciones. Su rendimiento al bate cayó en picado. Y por si fuera poco, vínculos con problemas de los que se hizo eco toda la sociedad norteamericana. Como antes, Yasiel Puig pasó de la noche a la mañana a ser uno de los talentos más prodigiosos de la década beisbolera, porque así lo considero, a ser un jugador cuestionado, víctima del dinero, y que por supuesto, no volvería a jugar con regularidad durante bastante tiempo.
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